Martín Lutero

Una de sus principales controversias fue contra Enrique VIII de Inglaterra, quien había escrito contra Lutero repitiendo las declaraciones de concilios y papas, sin ninguna solidez filosófica. Por esto él, que después se separó de la Iglesia Romana, recibió del Papa el título de «Defensor de la Fe». Lutero pulverizó todos sus argumentos y llegó al extremo de llamarle «un asno coronado».
Una lucha parecida sostuvo contra Erasmo. Este era uno de los más notables hombres de su época por su ilustración. También deseaba la Reforma de la Iglesia, pero no se atrevió a separarse de Roma. El Papa le obligó que atacara a Lutero, y lo hizo, dirigiéndose contra la doctrina luterana de la Predestinación. Pero era más bien una controversia de personalismos en que Lutero echó en cara a Erasmo su falta de sinceridad y Erasmo trató a Lutero de grosero y fanático campesino. Los príncipes alemanes fueron fieles a la Reforma y rehusaron entregar a Lutero al Papa, como este les exigía en 1522 y también en 1524.



En el año 1525 Lutero contrajo matrimonio con Catarina von Bohra, quien había sido monja y con otras varias había escapado de su convento y llegado a pedir la protección del iniciador de la Reforma.
Algunos historiadores aseguran que la separación de Lutero de la Iglesia Romana fue motivada por su deseo de casarse, deseo que no podía satisfacer como ministro de esta organización. Esta aseveración no puede ser más infundada. Hemos visto el desarrollo de circunstancias que causó su separación, culminando en su excomunión en 1520. No pensó en casarse sino hasta en el mismo año 1525 cuando la Reforma estaba bien establecida por una gran parte de Europa. Tomó esta resolución súbitamente, pensando que tal vez no iba a vivir mucho tiempo y que antes de morir deseaba dejar un ejemplo que hiciera patente que los pastores de la Iglesia no tienen ningún obstáculo para fundar hogares honradamente.

Este suceso, como es de suponerse, hizo aún más profundo el abismo que separaba la nueva Iglesia de Lutero de la antigua Romana. Muchos afirmaban que de este matrimonio de un fraile hereje con una monja renegada tenía que nacer el Anticristo.
Así como los campesinos ingleses en tiempos de Wycliffe se insurreccionaron contra la nobleza, rebelión debida aunque indirectamente, al espíritu de libertad y de justicia que las doctrinas evangélicas habían sembrado en el pueblo, asimismo en tiempo de Luterolos campesinos alemanes se levantaron contra sus príncipes. El gran reformador comprendió que si bien era cierto que aquel movimiento era justo, él no podía engendrar más que la anarquía del país, y por esto, en bien del mismo pueblo, se puso del lado de los príncipes, lanzando sus predicaciones a los rebeldes para que respetaran a las autoridades constituidas, y a éstas para que hicieran justicia. Pero no podía evitar una guerra amarga entre los príncipes y sus súbditos en la cual estos al fin perdieron.
Desde el edicto de Worms (1521) hasta el año 1555, la política del imperio alemán estuvo en una gran incertidumbre. El Emperador Carlos V mantuvo su residencia en España, y es muy natural que por esto no podía gobernar inteligentemente a un país tan lejano como lo es la nación teutónica. Aunque Carlos V es considerado como uno de los monarcas más católico-romanos de la historia, sin embargo la incertidumbre de su política respecto a la Iglesia llegó hasta el grado de apresar al mismo Sumo Pontífice, después de haber atacado a Roma por medio de un ejército que en su mayor parte se componía de luteranos.
En el año de 1529 se reunió en Espira una conferencia con el objeto de arreglar los asuntos religiosos que tan profundamente afectaban el imperio, y en ella se dispuso que en todos los lugares donde ya se había establecido la doctrina evangélica se diera libertad para que continuara, pero que en las regiones donde no se había establecido, se prohibiera en absoluto la propaganda anti-romanista. Los príncipes alemanes evangélicos protestaron contra esta disposición, y esta es la razón histórica por la cual se han denominado «Protestantes» a todos los partidarios de la nueva Iglesia.
La conferencia de Augsburgo en 1530, queriendo zanjar las dificultades que se habían suscitado entre ambos bandos religiosos, atizó más las desavenencias que habían entre ambos, dando lugar como resultado final, a una liga que se formó entre los príncipes protestantes contra la soberanía de Carlos V. A causa de esto comenzó una larga guerra entre este emperador y la alianza de los príncipes referidos.
Además de Alemania, Holanda, Dinamarca, Noruega, Suecia e Inglaterra aceptaron la Reforma Evangélica iniciada por Lutero y la liga alemana ensayó a ensancharse en una liga de las naciones protestantes, y por esto se esforzaron para alcanzar una unidad doctrinal entre todos los partidarios de la Reforma.
Desde dos años antes de que Lutero comenzara abiertamente su rebelión contra el poder de Roma había comenzado ya una Reforma independiente en la Suiza bajo la dirección de Zwinglio. Este movimiento no estaba en completo acuerdo con el que iba dirigido por Lutero, por tener algunas diferencias doctrinales, y por esto los príncipes interesados organizaron la conferencia de Marburgo entre Lutero y Zwinglio, como principales, juntamente con algunos de sus partidarios. La cuestión principal se refería a la doctrina de consubstanciación que defendía Lutero. Según este después de la bendición sacerdotal había en el pan y en el vino, además de sus propias sustancias, efectivamente el cuerpo y la sangre de Cristo. Zwinglio no quiso aceptar esta doctrina, bajo ningún concepto, y aseguraba que la Santa Cena no era más que una comida simbólica y recordatoria del sacrificio de Cristo.
Así, todos los esfuerzos de los príncipes para asegurar una unidad confesional entre los partidarios de la Reforma, fracasaron, pero los protestantes no dejaron de pelear por sus derechos, junta y separadamente.
En el año 1546 murió Lutero. Los últimos años de su vida habían sido de cuidados y amarguras, pero su muerte fue la de un cristiano que como Pablo, había peleado la buena pelea, había guardado la fe y esperaba el galardón que el Señor, el justo juez, le daría en aquel día.
En el mismo año la guerra que estaba latente entre protestantes y católicos estalló en una realidad desconsoladora. Los protestantes perdieron primero y el emperador dictó leyes provisionales que no gustaron ni a los unos ni a los otros; pero en 1552 los protestantes ganaron una campaña contra el emperador, lo cual le obligó a convocar al fin la dieta de Augsburgo en 1555, en la cual se hizo la paz por la famosa sentencia: «Cujus regio ejius religio», lo cual quería decir que cada príncipe en el imperio alemán tenía que escoger entre el catolicismo y el protestantismo y que sus súbditos tenían que adoptar la religión de sus respectivos príncipes. Mientras esto pasaba en Alemania, Calvino estaba sentando la base de la forma calvinista del protestantismo, en Ginebra, ciudad que sirvió como centro para la propaganda reformista en Europa. La rebelión contra Roma, comenzada en Inglaterra en el reinado de Enrique VIII vino a ser bajo Eduardo VI un movimiento abiertamente protestante en sus doctrinas y prácticas.
En cuanto a Francia, la propaganda de la Reforma se desarrollaba, a pesar de las persecuciones rigurosas de que era objeto. En Italia y en España, también habían aparecido unos destellos de la nueva luz, pero pronto fueron apagados por la Iglesia, antes de que alcanzaran grandes proporciones.
Así pues, Lutero tuvo la dicha de ver a más de media Europa conmovida por la Reforma de que él había sido tan importante y elocuente medio; y el éxito alcanzado para la restauración de la verdad evangélica se debe, después de Dios, a su valor, fe y perseverancia.

Teólogo y reformador religioso alemán, precipitó la Reforma protestante al publicar en 1517 sus 95 Tesis denunciando las indulgencias y los excesos de la Iglesia Católica.

Formación

Martín Lutero nació en Eisleben en 1483, hijo de una familia de origen campestre y dueña de una mina.
Atendía la escuela latina en Mansfeld desde 1488, continuando sus estudios en Magdeburgo y luego en Eisenach.
En 1501, empieza sus estudios en Erfurt con la intención de hacerse abogado.
En 1505, tomó una decisión que iba a cambiar el curso de su vida de manera radical. Decidió entrar al monasterio Augustino en Erfurt. Esa decisión, junto a la búsqueda de un Dios de Gracia y la voluntad del mismo, culminó en el desarollo de la reforma de la iglesia.
Las experiencias negativas que Lutero tuvo con los medios eclesiales de gracia, no solo favorecieron la crítica respecto al lamentable estado de las prácticas en la iglesia, sino más bien obligaron a una revisión fundamental de la teología medieval.

En 1507, con 24 años, fue ordenado sacerdote y tres años más tarde viajó a Roma, la capital de la cristiandad; pero este viaje, lejos de ayudarle en su búsqueda espiritual, tuvo para él el efecto contrario al percatarse de la frivolidad y mundanalidad en la que aquella iglesia había caído.

De vuelta a su patria se doctoró en teología en 1512 comenzando a dar clases en la universidad de Wittenberg.
Las Indulgencias
En 1517 aparece en escena un monje dominico, Tetzel, predicador de las indulgencias.
Por medio de la compra de indulgencias, según la enseñanza tradicional, se libraba a las almas recluidas en el purgatorio de los tormentos del mismo.
El dinero obtenido en esta ocasión por este medio sería invertido, a partes iguales, en la erección de la basílica de San Pedro en Roma y en la compra por parte de Alberto de Hohenzollern de un obispado.
Fue entonces cuando Lutero escribió y clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg sus Noventa y Cinco Tesis

Este documento fue la chispa que puso en marcha todo un proceso cuyas consecuencias iban a ser de largo alcance.



Su crítica pública contra el abuso de las cartas de indulgencias en 1517 no solo produjo la discusión deseada, sino que además causó la apertura de un tribunal de inquisicón culminando en la excomulgación de Lutero, después de la dieta imperial de Worms, en 1521.
Federico el Sabio organizó un "secuestro" para proteger la vida de Martín Lutero.
Lutero se quedaba en el castillo Wartburg como Doncel Jorge por casi un año, traduciendo el Nuevo Testamento al alemán.

El 15 de junio de 1520 León X publicó la bula de excomunión de Lutero intitulada Exsurge Domine; cuando Lutero la recibió se dirigió al pudridero de la ciudad y, juntamente con el Derecho Canónico, la arrojó a las llamas.
La ruptura estaba consumada. Un fraile había osado levantarse él solo ante todo un sistema religioso de más de mil años de antigüedad, con el solo apoyo de la Palabra de Dios.

En ese mismo año de su condenación Lutero ha escrito incansablemente algunas de sus mejores obras: A la nobleza cristiana de la nación alemana, La cautividad babilónica de la Iglesia y La libertad cristiana.
Lutero viajó a Worms bajo la protección de un salvoconducto y allí, conminado anteCarlos V, a pronunciarse sobre sus doctrinas pronunció las memorables palabras:
"Si no me convencen mediante testimonios de las Escrituras o por un razonamiento evidente (puesto que no creo al papa ni a los concilios solos, porque consta que han errado frecuentemente y contradicho a sí mismos), quedo sujeto a los pasajes de las Escrituras aducidos por mí y mi conciencia está cautiva de la Palabra de Dios. No puedo ni quiero retractarme de nada, puesto que no es prudente ni recto obrar contra la conciencia."
La suerte estaba echada; Lutero se había enfrentado al poder religioso y ahora lo estaba haciendo al poder secular. Las dos grandes instituciones: Iglesia e Imperio no estaban por encima de la Palabra, sino sujetas a ella.

La ruptura mas evidente con los votos monásticos se realizó cuando se casó con la ex monja Catarina de Bora, en Junio de 1525.
Ahí, se formó el núcleo principal de la casa parroquial evangélica.
"Después de la Palabra de Dios no hay un tesoro más precioso que el santo matrimonio. El mayor don de Dios sobre la tierra es una esposa piadosa, alegre, temerosa de Dios y hogareña, con la que puedes vivir en paz, a la que puedes confiar tus bienes, tu cuerpo y tu vida."
Después de la guerra de campesinos en 1525, reprobada por Lutero, el reformador promovía la formación de una Iglesia Evangélica territorial con regulaciones eclesiales.

Falleció en Eisbelen, su ciudad natal, en febrero de 1546
Por orden del príncipe elector, Lutero fue sepultado en la iglesia del castillo en Wittenberg.

Su aporte a la lengua alemana
Con su traducción de la Biblia al Alemán, Martín Lutero ganó fama permanente en relación con la unificación del idioma alemán.
Hoy en Día, unos 70 millones de fieles pertenecen a la Iglesia Luterana.

Inventar un idioma, crear una religión. Lutero fue el primero en potenciar el invento deGutemberg.
Hasta 1534 sólo circulaban traducciones al latín de la sagrada escritura, cuya lectura y estudio estaban destinadas a sacerdotes y eruditos. La traducción de Lutero intentó poner la Biblia al alcance de la población, siguiendo su idea de que cada lector y no la iglesia es responsable de la interpretación de la Biblia.
Para conseguir su objetivo, Lutero inventó una suerte de mezcla entre las características común de los dialectos que por entonces se hablaban en Alemania y el latín y así creó el llamado "alemán puro", un idioma artificial que es la base de la actual lengua alemana.
Lutero publicó su Biblia apenas 60 años después de la invención de la imprenta y con ello se transformó en el primer libro de circulación masiva de la historia y también marcó el inicio de otra revolución: la lectura masiva.

Conclusiones

Martín Lutero no fue un hombre perfecto, y desde la perspectiva actual tampoco la totalidad de su pensamiento. Algunos autores sostienen que Lutero guardaba algunos resabios de antisemitismo, algo inadmisible para el protestante de tan solo unas décadas después y mucho menos para el de hoy en día. Aún así, a favor de Lutero, vale mencionar que su mejor discípulo y amigo, el que lo ayudó en la traducción de la Biblia, era judío. Su nombre, Philipp Melanchton.

Lutero no había objetado el bautismo de los niños, cosa que sí haría Menno Simons, luego los anabaptistas como Hubmaier y finalmente los bautistas como Roger Williams. Tampoco renegó del uso de la vestimenta sacerdotal romana entre otras cosas y aún tenía en mente una Iglesia unificada con un líder único.

Pero debemos comprender el contexto histórico que rodeó a Lutero. Él era un hombre formado en el seno de la Iglesia católica, que tuvo la oportunidad, la visión y el coraje de pretender cambiarla, cosa que finalmente no pudo hacer. Pero su aparente fracaso se cambió en rotundo éxito, ya que nació un movimiento claramente distintivo que los propios romanos llamaron "Protestantes"
Martín Lutero, fue un hombre que sincero y entregado a Dios tuvo el privilegio de dar forma al trabajo de muchos antecesores reformadores, algunos laicos y otros sacerdotes, quienes solieran pagar con precio de sangre su visión.
Lutero abrió la puerta a través de la cual comenzó a filtrar la luz de la Gracia para todo el mundo que la aceptase.
A Martín Lutero le fue concedido por la historia el honor de ser llamado el Padre de la Reforma, un movimiento que seguiría con cambios y mejoras hasta hoy en día. Quizá nunca se llegue a la perfección en esta tierra. Mas en Gloria, junto a él y otros héroes -o no tanto-, podrá finalmente completarse en plenitud y perfección conforme al proyecto de Cristo.

Tomado de: www.biografiascristianosprotestantes.blogspot.com.ar

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